Les cuento que este día estuve con mi familia por Suchitoto, el pueblo como siempre muy bonito y alegre, y por ser 3 mayo estaba adornado de una manera especial, recorrimos algunas calles y vimos que en varias casas y negocios, la gente se afanaba arreglando y adornando sus altares conmemorativos al día de la cruz, posteriormente nos dimos cuenta que se había organizado un jurado calificador, entre quienes pude reconocer y saludar al Lic. Julio Trujillo. Acompañados por una banda de paz que tocaba el día de la cruz y otras piezas del folklor salvadoreño, recorrían los altares y escuchaban a sus creadores los argumentos que exponían sobre los motivos y la composición del altar.
Les cuento que esta fiesta es un sincretismo entre las costumbres de nuestros indígenas y las adquiridas de los españoles en la época de la colonia.
Se cuenta que por esta época, nuestros indígenas hacían un ritual dedicado al dios Xipetotec a quien se conocía como el señor desollado; a él se le ofrecían sacrificios humanos, desollándolos y cubriendo con su piel el cuerpo del dios, con el propósito de pedirle que permitiera una abundante cosecha.
Por otra parte con la venida de los Espàñoles se introdujo una nueva tradición, a través de la cual se hizo creer a nuestros antepasados que si se colocaba una cruz en la casa y se adoraba y se le pedía, evitaban que el diablo llegara a bailar a la misma.